miércoles, 20 de julio de 2016

UN CUENTO DE BATALLAS

EL GRILLO Y SUS AMIGOS
Había una vez un zorro que vivía en una cueva. La cueva tenía una puerta y la puerta un agujerito. Un grillo negro que tocaba el violín vivía en un agujero a la puerta de la cueva de un zorro. Toda la noche cantaba:
-¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!
Sucedió que una noche, el zorro volvió muy tarde a su casa, cansado de correr aventuras. Tenía mucho sueño  y, apenas alcanzó a ponerse su pijama,  cayó rendido en la cama con sombrero y todo. Entonces el grillo empezó: -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!
El zorro se ajustó el sombrero hasta las orejas pero siguió escuchando: -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!.
Esta vez el zorro se cubrió las orejas con la almohada. -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!.
El zorro no podía dormir. Se tapó con la sábana pero no podía dejar de escuchar  -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!.
Entonces el zorro, cansado y con sueño, gritó: ¡Cascarria de lobo cano que empinas la bota para el verano! ¿Te quieres callar, atontado?
El grillo se quedó mudo, mudito y el zorro se volvió a dormir. Pero… al rato -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!.
El zorro se levantó de la cama, paró su cola y gritó . ¡Cascarria de lobo cano que empinas la bota para el verano! ¿Te quieres callar, atontado? Si no te callas, te declaro la guerra.
El grillo se quedó mudo, mudito, toda la noche pensando.
Al día siguiente el zorro le declaró la guerra. Llamó a todos los animales de cuatro patas y les dijo: - ¡Vamos a pelear con el grillo!.
El grillo por su parte llamó a todos los animalitos de muchas patas: pulgas, mosquitos, hormigas, arañas, avispas y les dijo:
-Amigos, el zorro nos declara la guerra.
Los amigos del grillo se metieron entre los pelos de los soldados del zorro. Ocultos allí, oyeron que el zorro decía a sus amigos:
-Si la batalla está ganada, llevaré la cola levantada. Si la batalla está perdida, llevaré la cola caída.
Llegó el día de la pelea y sucedió lo increíble. Los amigos del grillo picaron a los soldados del zorro, que empezaron a rascarse sin parar, pero nadie se movía porque el zorro seguía con la cola levantada.
Entonces la avispa fue y, con todas sus fuerzas, picó al zorro debajo del rabo. El zorro sintió un dolor horrible pero  no podía bajar la cola para no perder la guerra. Aguantó todo lo que pudo hasta que, no pudiendo más, corrió hacia el río gritando:
"Al río, soldados míos, Que la batalla la ganó el grillo."
Y de este modo el grillo pudo seguir cantando toda la noche, muy feliz.

 
VERDE SELVA - acrílico sobre cartulina

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