LOS DUENDES JUEGAN EN UN CLARO DEL BOSQUE - acrílico sobre madera
ODA AL AROMO (fragmento)
Vapor o niebla o nube me rodeaban. Iba por San Jerónimo hacia el puerto
casi dormido, cuando desde el invierno una montaña de luz amarilla, una torre
florida salió al camino y todo se llenó de perfume. Era un aromo. Aromo, sol
terrestre, explosión del perfume, cascada, catarata, cabellera de todo el amarillo
derramado en una sola ola de follaje. Torre de la luz fragante, previa fogata
de la primavera. Queremos por un instante hundir los ojos, la camisa, el
corazón, el pelo en tu temblor fragante, en tu copa amarilla, hasta ser sólo
aroma en tu planeta.
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lunes, 25 de julio de 2016
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