lunes, 22 de agosto de 2016

COLORES DE MI CALLE EN OTOÑO

ROBLE AMERICANO
FRESNOS

CEREZOS




PINTURA, MÁS PINTURA

EN UN CLARO DEL MONTE - acrílico

DETRÁS DE LA MÁSCARA - acrílico





NINGUNA PASIÓN FUE UNA "PASIÓN INÚTIL"
TERCERA ENTREGA

MAESTROS Y ALUMNOS - ALUMNOS Y MAESTROS

“No existe cambio educativo posible que pueda prescindir del aporte de los docentes, pues son ellos –junto con los niños- los reales protagonistas del hecho educativo.
El conocimiento se construye en un proceso dialéctico entre sus dimensiones social e individual; nadie puede aprender por los otros pero tampoco puede aprender sin los otros.
El intercambio de experiencia e información facilita el enriquecimiento de los conocimientos y de la integración grupal. El intercambio e integración se hacen extensibles a las familias. Es importante que la escuela brinde canales de participación en donde los padres puedan incluirse en la comunidad educativa compartiendo la tarea de educar”.


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LETICIA COSSETINI  “DEL JUEGO AL ARTE INFANTIL”

“Era una escuela que aspiraba a hacer seres armoniosos, no poetas, ni pintores, ni músicos, ni mimos, no en desmedro del conocimiento y de la realidad, tal como cierta anquilosada pedagogía expresaba en prevención frente a aquel testimonio vital” .

Las hermanas Leticia y Olga Cossetini, docentes santafesinas, junto a un grupo de maestros, soñaron con una escuela distinta “en donde el maestro no se ocupe tanto del horario y del programa, sino que se ocupe de él” (del niño). Se vincularon con muchos docentes, con quienes las unía la pedagogía del “hombre libre”. A Olga Cossetini la recuerda el film de Mario Piaza “La escuela de la señorita Olga”. (fuente: “La educación en nuestras manos” – SUTEBA).

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LUIS IGLESIAS  “DIDÁCTICA DE LA LIBRE EXPRESIÓN

“La vida humana reclama el ejercicio cotidiano de la comunicación escrita –leer y escribir- para comprender y expresar a todos los componentes del conjunto social y en la más variada gama de situaciones”.

Luis F. Iglesias: maestro argentino. su tarea se desarrolló en la escuela rural de Tristán Suárez desde 1938 a 1957. Convencido de que “la pedagogía más profunda no está en los tratados”, trabajó – pudiendo recuperar desde su práctica – importantes conceptos que aportaron al campo de la didáctica. Su obra es reconocida en varios países de América latina. Los libros publicados son “Diario de ruta”, “Didáctica de la libre expresión” y “Viento de estrellas”. (fuente: “La educación en nuestras manos” – SUTEBA).

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BRUNO CIARI –MAESTRO ITALIANO- NUEVAS TÉCNICAS DIDÁCTICAS”

“La iniciativa debe partir del maestro. Es absurdo concebir la llamada “espontaneidad de los alumnos” como un manantial maravilloso de donde tengan que brotar determinados intereses, inquietudes e iniciativas. El maestro puede y debe formular proposiciones y orientar a los niños; lo importante es que la iniciativa del maestro encuentre pronta y no transitoria aceptación por parte de los escolares, y que sea adecuada a las fundamentales necesidades infantiles”

 NINGUNA PASIÓN FUE UNA "PASIÓN INÚTIL"
SEGUNDA ENTREGA 

BERNARD SHAW
“La simple contemplación de las cosas y el maravillarse ante ellas es una parte importante de la educación del niño...”


BACHELLARD
“Para un espíritu científico todo conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no ha habido pregunta, no puede haber conocimiento. Nada viene solo, nada es dado. Todo es construido”.

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ROSA WEINCHELBAUM DE ZIPEROVICH (Santa Fe 1913 - 1996 ) “LA ENSEÑANZA DE LA MATEMÁTICA EN LA ESCUELA PRIMARIA” SANTA FE – 1956
*Inspectora de enseñanza primaria
“En ese año se inicia en la provincia una experiencia pedagógica en el área de la matemática con el fin de reestructurar y modernizar su enseñanza para lograr mejores resultados en el aprendizaje.
“La falta de un plan integral de educación es, quizás, el único problema sobre el que existe consenso general por parte de todos aquellos que participan de una u otra manera del quehacer educativo.
“Esta carencia exige múltiples y profundas soluciones: por una parte, adaptar los contenidos de la educación a las necesidades y realidad del país; por otra, reestructurar su metodología de acuerdo a las características psicológicas del niño y del adolescente y, finalmente, modernizar la organización escolar en función de los objetivos enunciados. El cambio necesario implica tanto el trabajo de quienes tienen a su cargo el proceso concreto de la enseñanza como de los organismos encargados de la planificación y administración de las escuelas.
“Tal insuficiencia comprende a todas las áreas, en las que se comprueba una insuficiencia básica en cuanto a ubicación espacial, ubicación temporal y juicio de valor.  El niño –frente al mapa- no establece la relación con el espacio representado; levanta planos y no sabe en que escala lo está haciendo, aplica fórmulas sin comprender su sentido y para él, San Martín y Colón eran contemporáneos.
“Por eso, un plan de reestructuración para cambiar el enfoque de la enseñanza de la matemática deberá ir mas allá de ésta. Comprendiendo a todas las disciplinas de enseñanza, pues no se puede hablar de ubicación espacial si no se habla de geografía, del mismo modo que la ubicación temporal lleva a rever la enseñanza de la historia.
“Se trata de la construcción del pensamiento operativo y de la elaboración del pensamiento lógico, comenzando a trabajar a partir de una totalidad que es siempre un conjunto de objetos, de hechos, de recuerdos, para matematizar una situación familiar y que así el niño descubra las relaciones entre los elementos, opere con ellos y construya la operación. Pero la situación global no puede ser una cualquiera ni caprichosamente elegida: tiene que ser familiar para despertar el interés del niño y a la vez, guiada por el maestro para que los conceptos que se pretenden perdurables  puedan construirse a partir de ella.
“La matemática será, entonces, el nexo entre las ciencias al reemplazar la memorización por la elaboración y comprensión del número, las operaciones y las relaciones matemáticas. La abstracción llega a ser el fruto de la enorme cantidad de situaciones en las que el concepto matemático aparece apoyándose sobre la base de sustentación amplia, concreta y totalizadora. Desde el principio, se enseñara a asociar y también a disociar, a sumar, a restar, a multiplicar y dividir concretamente. la presentación de las operaciones inversas deberá ser simultanea, de modo que permita construir la primera estructura de orden y de reciprocidad. la ecuación  aparecerá, así, no como una dificultad sino como resultado de una elaboración previa, de un proceso muy anterior, porque el niño sabe que el número puede asociarse, disociarse, conmutarse
“Lo importante es que las propiedades aprendidas y comprendidas en el nivel inferior se transfieran totalmente elaboradas y como una estructura a los niveles superiores para continuar con la construcción de nuevos sistemas en el amplio universo de los números.
“Ninguna innovación puede llegar a feliz termino si no se cuenta con la colaboración decidida de los maestros, el aporte de los padres y de las instituciones de la comunidad pues la educación es, con toda evidencia, un hecho social y como tal requiere la concurrencia de toda la comunidad dentro de la que se desarrolla y a la cual sirve.”




NINGUNA PASIÓN FUE "UNA PASIÓN INÚTIL"

Allá por los '90, cuando empezó a soplar con fuerza el viento neo liberal, nos juntamos y creamos el INSTITUTO DE ESTUDIOS SOCIALES E INVESTIGACIONES EDUCATIVAS “GENERAL DON JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTÍN” y a mi me había tocado ocuparme de la educación en sus aspectos didáctico-pedagógico. Voy a traer a este blog aquellas incursiones en el pensamiento de educadores que nos marcaron el camino para ser mejores docentes en el aula y también, porque está muy ligado a mí, toda manifestación del arte, en especial la pintura y la literatura.


NOTAS DE LA MEMORIA
  • EN LA EDUCACION




COMENIO “DIDACTICA MAGNA” SIGLO XVI
“No castigue por causa de la enseñanza, si no se aprende no es culpa sino del maestro…”

*

 SIMON RODRIGUEZ – MAESTRO DE SIMON BOLIVAR- 1826:

“PARA ENSEÑAR A PENSAR”
“Hacen pasar al autor por loco. Déjesele trasmitir sus locuras a los padres que están por nacer.
“Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad.
“Instruir no es educar.
“Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga.
“Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su “porqué” al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre la razón respaldando las ordenes que recibe, la echa de menos cuando no la ve, y pregunta por ella diciendo: “¿por qué?”. Enseñen a los niños a ser preguntones para que, pidiendo el porqué de lo que se les manda hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
“En las escuelas deben estudiar juntos los niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a respetar a las mujeres: y segundo, porque las mujeres aprender a no tener miedo a los hombres. Los varones deben aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería y herrería, porque con tierra, madera y metales se hacen las cosas mas necesarias. Se ha de dar instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación  para asegurar su subsistencia.
“Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra” (DE: “MEMORIAS DEL FUEGO” – EDUARDO GALEANO)

Simón Rodríguez nació en Venezuela en 1771 y murió en 1854. Fue maestro de Simón Bolívar y uno de los ideólogos de la independencia de América. Ejerció la docencia en varios países de Europa, incluyendo Rusia. Ocupó cargos políticos relacionados con la educación y la agricultura. Ya en Bolivia se desempeña también como funcionario pero por desentendimientos con Sucre renuncia y pasa a Chile. Allá trabaja como director de una escuela primaria. Tomando las palabras del escritor argentino Dardo Cúneo “trabajó su proyecto para la fundación de patrias criollas”. (fuente: “La educación en nuestras manos”, SUTEBA)


UNA VENTANA ABIERTA A LA BELLEZA

 DE PINTURA, UN POCO MÁS



FUE EN OTOÑO - acrílico

MÁS ALLÁ, UN CIELO AZUL - acrílico



LOS FRESNOS, TALLER CREATIVO

LOS FRESNOS, TALLER CREATIVO

lunes, 1 de agosto de 2016

GATO


MI GATO, EL QUE SE  LLAMÓ GATO

 “La pucha con el hombre - decía Jacinto Piedra  -, querer ser tantas cosas y nunca es más que cuando tan sólo es él” y hoy me puse a pensar que bien se podría aplicar  el  sentido de esos versos a mi Gato, el mismo  que un buen día de fin de verano de hace ya unos cuantos  años apareció en nuestro patio con la decisión tomada de quedarse a vivir con nosotros.
El era un gato y casi  seguro  no dudaba de su identidad. Sin embargo, a veces creyéndose  un  león  se internaba  en el pastizal serrano que las lluvias tan abundantes de este tiempo hacen crecer sin pausa.
Acechaba a su presa por días y días sin volver a casa. Salíamos a buscarlo pero él tenía un gran talento para permanecer oculto hasta que regresaba pidiendo comida.
Otras veces se veía a  sí mismo como un pandillero  y  cruzaba la calle  "con ese tumbao que tienen los guapos al caminar”, mostrándose orgulloso ante los otros gatos de la cuadra. 
Pero lo más llamativo en él  y lo que lo hacía único, es que  se sabía  parrandero y cantor. Cerca del amanecer se lo escuchaba cantar a voz en cuello mientras regresaba de su  aventura nocturna. Con su canto  invitaba a  las rosas a diseminar su  aroma por todo jardín. Para él,  la vida misma era una canción.  .
Como no le pusimos nombre, tenía libertad para ser lo que quisiera  y, a la vez, ser él mismo cuando le llamábamos Gato: tierno y seductor, osado gozador de instantes, salvaje, apasionado, único.
Se bebió sus siete vidas de un trago. Todavía  extrañamos su presencia efímera provocando aleteos  felices en nuestros corazones cuando su canto mojado de rocío despertaba el aroma de las rosas para evitar que  mueran de espanto la esperanza, la luz y la alegría.


EL JARDÍN DE MI ABUELA  - acrílico sobre madera


CHE JARÝÍ ES MI ABUELA EN GUARANI

Mi abuela nació guaraní pero nunca lo esgrimió como bandera. Ella era guaraní  por su color, por su estatura, por los rasgos de su cara, por la mirada alegre, límpida, directa de sus ojos pardos. También lo era por su amor a la tierra, por estar integrada a la naturaleza en una sosegada armonía y por esa su manera tan singular de comunicarse con las plantas, los cerdos y las ovejas,  las gallinas y el gallo mañoso, los patos y el ganso mal llevado que, junto con las cabras, era el que  menos halagos recibía.
De seguro, gringa no era pero hablaba una castilla atravesada que nos hacía llorar de risa y ella que era tan sabia, lo disfrutaba; pasados los años pudimos entender por qué la abuela no hablaba de su origen, no mencionarlo la protegía. Suficiente con  ser mujer y pobre, le indicaba su sabiduría ancestral. Pertenecer a una etnia originaria era una piedra más en la pesada mochila que ya cargaba.
Para nosotros era la abuela Che – che que en guaraní significa mi y también yo, un sendero amoroso de ida y vuelta por donde paseó nuestra infancia.  Nunca la relacionamos con la Epifanía que había nacido el 6 de enero, día de la fiesta de adoración de los Reyes, de 1901 cuando el siglo XX daba sus primeros pasos vacilantes. Un amanecer caliente, acunado todavía por los estruendos, las lágrimas y las risas que despidieron el año y el siglo viejos, le dio la bienvenida al mundo.
El personaje de mi relato es mi abuela pero hubo un abuelo, figura esencial en la existencia de sus cinco hijos. Él venía del siglo XIX; montado en su  zaino colorado cruzó la frontera norte de su provincia natal y, sin estridencias, se adentró en el quebrachal. Cuando conoció a mi abuela  rumbeaba por La Forestal, acarreando rollizos de quebracho en una chata tirada por bueyes con la miraba fija en el  horizonte. Nada se interponía entre sus ojos y el lejano punto que iluminaba el sol al amanecer o al caer la tarde. Por entonces él no lo sabía, pero mucho tiempo más tarde sería mi abuelo, un hombre al que amé con toda el alma y que me amó y nos amó desde las profundidades de su silencio. Lo sé porque cabalgaba cientos de kilómetros montado en  un zaino doradillo al que llamaba Tostado sólo para vernos.
Mi abuela había nacido sobre la ribera del Paraná pero bien pronto fue a parar a un caserío perdido en el monte chaqueño donde  el viento del norte agrieta la tierra y la piel; reseca la corteza de los árboles y levanta remolinos de polvo que se mete sin piedad en los ojos, en la nariz, en la garganta y ahí vivía con su familia de braceros del algodón. Apenas se levantaba unos palmos del suelo cuando, cubierta la cabeza y el cuerpo para protegerse de los rigores del clima, comenzó a trabajar en los surcos ayudando a los adultos en lo que podía desde que el sol asomaba apenas  hasta que, como un disco rojo fuego, descendía para perderse en el azul que se oscurecía rápidamente.
Eran los tiempos del Centenario de la Patria cuando lo único en verdad democrático era el estado de pobreza de su gente. El granero del mundo enriquecía a una minoría  y lastimaba por igual a la mayoría arrojándola a los brazos de la miseria. .La escuela no existió para mi abuela ni para los otros  niños y ella, que bien pronto comprendió que en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, fortaleció su carácter a fuerza de pura inteligencia natural y se propuso colorear el cristal con que iba a ser mirada porque, como bien lo repitió hasta el final de sus días, todo es según el color del cristal con que  se mira.
Mi abuela era analfabeta pero no ignorante. El que no sabe es como el que no ve, decía y no hubo sacrificio que no estuviera dispuesta a hacer para que sus hijos estudiaran y fue tan firme en su pensamiento que nos convenció para siempre de que  el saber no ocupa lugar. Trabajó toda la vida, aprendió  de la experiencia, nadie como ella para equivocarse y corregir el error; bajaba los santos del cielo renegando contra los hombres abusadores, los patrones explotadores y los comerciantes desvergonzados que robaban en el peso y en el precio. Cuando se promulgó el estatuto del peón, se hizo peronista; no necesito  nada más para pelear por sus derechos, ella sabía que los tenía, sólo le faltaba la herramienta
Nunca dejó de sonreír en más de ochenta años;  ni tan siquiera en la noche en que por fin, después de laborar en su huerta como todos los días, cerró sus ojos. Lo que no aprendió en los libros se lo dictó el corazón. Su capacidad de amar, por sobre cualquier circunstancia de la vida, la llevaba a recoger un niño abandonado o a proteger  una mujer en dificultades, sólo sintiendo... ya tendremos  tiempo de  pensar en lo que puede pasar, decía mientras preparaba una mamadera para el crío o acomodaba un catre para la refugiada.
A su lado, no le temíamos a nada porque también sabía cortar por lo sano y con un “a volar que hay chinches” ubicaba al desubicado. Ella nos enseñó que pertenecemos a este mundo y somos parte de él; que vivir es un regalo maravilloso y hay que abrir los ojos a  la mañana con esperanza y valentía; que confiar en nosotros es la cuestión y que no hay que juzgar a los demás porque del fondo de la olla sólo sabe el cucharón.
La casa de la abuela era de adobe con rincones fresquísimos donde nos ocultábamos durante la siesta para leer historietas; había pilones de revistas  pero mi preferida era Intervalo. También estaba el patio, bajo la parra, que cobijaba nuestros juegos y,  al atardecer, albergaba las historias de duendes voladores y escurridizos que iban y venían entre las hojas en constante movimiento por donde se metía  la indiscreta luz de la luna. Nos gustaba escuchar esos cuentos y nos sobresaltaba  el silbido que atravesaba la oscuridad cuando se invocaba a un ánima  o se escuchaba el lloro .estremecedor de las lloronas.
No todo iba sobre rieles encerados sin tropezones ni  desencuentros en los años en que los primos compartíamos infancia y abuela. Solía arder Troya con más frecuencia de lo que hubiéramos querido pues las hijas  de la abuela, o sea mi madre y sus hermanas, orilleaban dramáticamente el desborde emocional cuando se pasaban las cuentas y con la abuela oficiando de árbitro, el final era corto mano, corto fierro, cada carancho a su rancho y nosotros a esperar el siguiente fin de semana para que nos volviera  el corazón a su lugar porque nos encontraríamos de nuevo en la casa donde nuestra realidad era mágica porque la abuela tenía la virtud de situarnos en un universo hechizado.