PAISAJE de Federico García Lorca La tarde equivocada se vistió de frío. detrás de los cristales, turbios, todos los niños ven convertirse en pájaros un árbol amarillo.
La tarde está tendida a lo largo del río, y un rubor de manzanas tiembla en los tejadillos.
El árbol fue una mano cazadora de nubes vanamente tendida contra el día lejano; le andaban por los dedos lagartos minuciosos buscando entre las hojas un oscuro recuerdo. Lo tiraron con hachas y le abrieron el pecho con ganchos y canciones y saliva en las manos; la copa descansaba con una oreja en el suelo envuelta en su llovizna de sapitos morados. Fue el pino, fue el ombú, fue el violeta eucalipto, el álamo de leche y el dolorido sauce. Los pasaban de noche por la sierra y el hacha para burlar las aves y el recuerdo del bosque. (En el hueco del aire restaban las mariposas buscando infatigables el lugar de las hojas; cuantos días anduvo dolido el saltamontes y anidaron los pájaros en la imagen ausente)
PAISAJE de Federico García Lorca
ResponderEliminarLa tarde equivocada
se vistió de frío.
detrás de los cristales,
turbios, todos los niños
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.
La tarde está tendida
a lo largo del río,
y un rubor de manzanas
tiembla en los tejadillos.
“TALA” de JULIO CORTÁZAR
ResponderEliminarEl árbol fue una mano cazadora de nubes
vanamente tendida contra el día lejano;
le andaban por los dedos lagartos minuciosos
buscando entre las hojas un oscuro recuerdo.
Lo tiraron con hachas y le abrieron el pecho
con ganchos y canciones y saliva en las manos;
la copa descansaba con una oreja en el suelo
envuelta en su llovizna de sapitos morados.
Fue el pino, fue el ombú, fue el violeta eucalipto,
el álamo de leche y el dolorido sauce.
Los pasaban de noche por la sierra y el hacha
para burlar las aves y el recuerdo del bosque.
(En el hueco del aire restaban las mariposas
buscando infatigables el lugar de las hojas;
cuantos días anduvo dolido el saltamontes
y anidaron los pájaros en la imagen ausente)