AL HACER,
LOS HECHOS SE DICEN SOLOS: “EL ARBOL YA FUE PLANTADO”
Hace un tiempo,
charlando de bueyes perdidos en una esquina del barrio, algunos vecinos de las Calles
Pringles y Mahuida, asumimos el malestar que nos andaba causando la
proliferación de basurales formados por restos de poda, pasto cortado, cartón,
plástico, vidrio, chapas y toda clase de residuos imaginable en las veredas del
barrio.
Argumentos como
que afectan a la salud, deslucen la belleza natural del lugar y la digna rabia
que nos provoca el olvido nos parecieron muy válidos, pero lo que realmente nos
movilizó fue el admitir que si no hacíamos algo de modo urgente ya nos podríamos criticar, protestar o exigir
que se respeten nuestros derechos porque bien sabemos que:
v
si entramos a un
sitio que resuma suciedad, será fácil agregarle esto o aquello sin ningún remordimiento,
total ¡qué le hace una mancha más al tigre! Lo echamos y allá vamos por la vida
tan contentos;
v
mirar y no ver es
más cómodo, pues ojos que no ven corazón que no siente y ya que estamos,
conciencia que no se moviliza ni actúa;
v
somos parte de
una sociedad que pertenece a la cofradía del santo reproche y nos gusta muchísimo
quejarnos por lo que sea, reclamar en las ventanillas equivocadas, patear la
pelota afuera y bien lejos para que otro haga el gol por nosotros y mientras
tanto…, parafraseando a Serrat para no
ensuciar la nuestra vamos a tirar deshechos
a la vereda de otra gente.
v
somos bastante chantas,
un poco otarios y nos creemos muy piolas.
Pero como también nos sabemos solidarios y capaces de comprometernos
con nuestra comunidad y que, cuando las
ganas se juntan, no hace falta que nos digan las cosas y que si lo sabemos
hacer, lo hacemos y ya, pensamos que
podíamos cambiar esa realidad si cada
uno de nosotros contribuía con su parte.
Lo hablamos con el Delegado, le presentamos una nota
con la firma de 17 vecinos (si no hubo más firmas fue por escasez de recursos
humanos para recolectarlas); el Delegado se lo comunicó al Director de
Producción y Medio Ambiente y así fue que, con gran espontaneidad y mucha precariedad,
pusimos en marcha - en el marco del programa “Tu manzana recicla” que propone
el OPDS -, un simple plan de trabajo:
v Mediante cartel indicador determinamos un sitio cada 100 metros, más o menos,
para depositar los restos de la poda y del mantenimiento de jardines y
colocamos recipientes para contener residuo inorgánico con la leyenda pertinente bien visible, todo
con material reciclado, un poco de pintura y la voluntad de hacer. Para completar,
dos vecinos pusieron en marcha sus desmalezadoras y cortaron el yuyal de las veredas de baldíos.
Pasado un
tiempo prudencial desde el inicio,
podemos afirmar que el efecto es
positivo pues aquellos que no habían advertido la existencia de los basurales,
vieron con asombro la aparición de los carteles y preguntaron ¡¿QUIÉN? ¡¿CÓMO?!,
¡¿PARA QUÉ?! Aquellos que depositaban sus residuos en cualquier lugar, lo hacen
en el sitio indicado. Aquellos que sí estaban molestos por los basurales, se pusieron
contentos y colaboran de diversas maneras. ¡Falta mucho todavía! Por ejemplo y
para empezar sería bueno que los residuos secos y reciclables se embolsen antes
de depositarlos en los contenedores
vecinales sin mezclar con los orgánicos que tienen otro destino.
Cualquier intervención en la comunidad provoca
reacciones en pro o en contra y eso es bueno
porque estamos intentando crecer. Lo importante es que se comprenda que es posible elegir cambiar, sin perder de vista
que somos humanos y nos podemos
equivocar. Este barco que es la patria (vale también para Sierra de la Ventana) ya lleva casi
tres décadas debatiéndose por mantenerse a flote y nos necesita a todos para
que, como sea, aquí estemos
dispuestos a afrontar la tempestad y empezar una y otra vez la
construcción que el viento se empeña en derribar. Para sumarse a la tarea nadie
debe esperar invitación especial, no por arreo amañado ni nada de eso,
sino porque no hay quien haga las tarjetas.
Quien más quien menos, estamos ocupados tratando de ponerle un cordel a nuestros
sueños y acabar para
siempre con el temor a volar,
Si empezamos por ver la realidad, sin omnipotencias ni
humillaciones, podemos ayudar a que cambie siendo parte de un todo, como dice el saludo maya “Yo
soy tú y tú eres yo” para que nunca más el ayer vuelva a comerse el futuro. En
nuestra cuadra, “el árbol ya fue plantado, estuvo lleno de pájaros y se hizo
grande el laurel”, porque no quisimos esperar a que sigan pasando los años para
verlo crecer.
P/D:
Para contar la experiencia de nuestra cuadra me ayudaron Joan Manuel
Serrat, Eduardo Galeano, Víctor Heredia,
Eladia Blázquez, Joaquín Sabina, Fanny Edelman, Mario Benedetti, Simón Díaz, Elena
Siro, Damián Sánchez , Woody Allen y la Fuenteovejuna de
Lope de Vega. Muchas gracias.
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