domingo, 13 de noviembre de 2011

BRISA MANSA, LUZ DE AMANECER


SONETO

Escucho a Dios en la callada umbría.
Lo veo en el milagro de la hoja.
Está en mi savia y en mi sangre roja
y en el vino y el pan de cada día.

El es la estrella que mi paso guía
y las raíces que la acequia moja
y la tarde que de oro se despoja.
Y el grillo y su violín monotonía.

Tiene manos de tronco retorcido.
Sus ojos miran con el sol que quema
y en el viento transmite su mensaje.

Como los hombres lo han escarnecido
siendo Dios inventó una estratagema
y se ocultó por siempre en el paisaje.

ARTURO DAVALOS
(Argentina, 1918 – 1960)

TORRE DE LA LUZ FRAGANTE

            
                JUEGAS TODOS LOS DÍAS... POEMA 14 
  
       Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día (…).
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras  
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo (…).
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
  
PABLO NERUDA
CHILENO

LOS PAJAROS SON HIJOS DEL VIENTO


LA LIBERACIÓN DE LOS PÁJAROS

Comencemos por liberar a los pájaros, 
abramos las puertas de las jaulas, 
terminemos con el secuestro de las aves.  
No hay duda, Los Pájaros Son Hijos del Viento.  
Esta vieja y mala costumbre de  enjaular pájaros,  
de cortar alas, de apretar el gatillo  
y de hacer estallar la pólvora en el viento.  
Esta tonta manera de derribar el vuelo de las aves,  
de apuntar y sentirse contento,  
de ver caer la tarde con las alas rotas,  
nos ha enseñado otras malas costumbres, 
sin que nos demos cuenta,  
estamos asistiendo al funeral del hombre.  
Sin que nos demos cuenta,  
hemos aprendido el ruin oficio de enjaular al hombre  
y de cerrar bien la puerta.  
Cuando derriban las aves, el cielo es un habitante solitario.  
Por eso, bien vale repetir cómo cambiar 
el doloroso espectáculo de  pájaros enjaulados,  
por el bello espectáculo de pájaros surcando el firmamento. 
Y lo que es peor, enseñaron también a los niños  
cómo  encerrar pájaros, cómo  disparar flechas, cómo  cortar alas,  
cómo herir la tarde, cómo construir jaulas, cómo desangrar las mañanas  
y hasta cómo adornar casas con pájaros enjaulados.
 
HORACIO HIDROVO PEÑAHERRERA 
ECUATORIANO